10 de mayo Lo que significa ser espiritualmente pobre
Las secuelas de la bancarrota y la ejecución hipotecaria de mi familia fueron una de las experiencias más positivas y formativas de mi vida. La gente mira con recelo cuando digo eso ... como si estuviera delirando por definir mi adolescencia por la inestabilidad financiera y la bendición al mismo tiempo. Por supuesto, los discípulos probablemente miraron a Jesús de la misma manera cuando dijo: "Bienaventurados los pobres de espíritu". (Matthew 5:3) Después de todo, ¿quién en su buen juicio consideraría a los indigentes afortunados?
Viviendo en "pobreza espiritual"
Para aclarar, Él y yo no estamos hablando del mismo tipo de pobreza, pero están relacionados. Como explicó el pastor John en el primer mensaje de nuestra nueva serie sobre Las Bienaventuranzas, Pobres en espíritu, Jesús dibujó un paralelismo espiritual con el deseo financiero – algo demasiados de nosotros entendemos. Muchos de nosotros también entendemos la fuerza y madurez que se pueden alcanzar en momentos de incapacidad o carencia.
Puedo mirar atrás en esos recuerdos difíciles de la niñez como una "bendición" porque aprendí que la autosuficiencia es una broma.
Cuando mis padres no pudieron pagar las facturas, descubrimos la importancia de la humildad y el poder de la caridad. Tuve la suerte de recibir tutoría de personas que sabían confiar en Dios; me enseñaron a caminar con confianza por la fe, a pesar de que era completamente incapaz de mejorar nuestra situación.
La dependencia espiritual nos hace reales
Los discípulos que han realizado su propia insuficiencia son afortunados de una manera muy similar. Están bien familiarizados con la comodidad de depender de un Salvador fuerte. Aunque su pecado los dejó quebrantados e indefensos, ellos descubrieron el poder del amor de Dios – y al admitir esa condición, han permitido que Dios hiciera el ahorro y la restauración para ellos.
Bienaventurados los pobres de espíritu. Ellos entienden lo que es ser humano.
Para aquellos de ustedes que han llegado a un acuerdo con la "bancarrota espiritual" (como John Piper lo llama en su propia serie, también titulada Las Bienaventuranzas), aprender a vivir en consecuencia. Es hora de dejar de actuar como si tuviéramos todo controlado, o como si tuviéramos algo que ofrecer por nosotros mismos.
No te limites a interiorizarlo como una verdad espiritual; ¡haz algo al respecto! Aquí hay un puñado de ideas para empezar:
- Sea real acerca de su pecado, confesarlo ante Dios, y dejarlo atrás.
- Recuerda que estabas quebrado, pero te hizo nuevo. ¡ Nunca deje de agradecérselo!
- Sea alentado por la gracia de Dios en vez de alabar a sus compañeros (o a usted mismo).
- ¡ responde a esa gracia demostrando misericordia y amor a los demás!
- Identifique sus debilidades, y cuente con la fuerza de otros creyentes para ayudarle a pasar.
Por todas las cuentas, estamos mejor para aceptar nuestras malas condiciones. Algunos incluso podrían llamarnos "benditos".
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